Estos factores informan, orientan la inversión. Con el tiempo y el
acompañamiento de políticas que incorporen educación y tecnología, también
estimulan, guían y orientan las innovaciones que mejor satisfacen los deseos de
los consumidores.
Este esquema, naturalmente, es muy teórico y constituye una
simplificación de una realidad llena de imperfecciones; requiere políticas
correctivas, pero las mismas nunca deben operar como inhibidores de los
circuitos normales de una economía libre. Si lo hacen, terminan generando las
causas de un colapso económico.
Las políticas de intervencionismo estatal dinamitan los cimientos del
crecimiento económico sostenido, condición necesaria de todo programa de
desarrollo económico y social. La información que genera la economía cuando
funciona normalmente retroalimenta un proceso clave en la creación de riquezas
y trabajo. Por el contrario, una economía central planificada intenta organizar
la economía avasallando la información, ignorando todo tipo de señal del
mercado. Durante algún tiempo, este modo forzado de dirigir la economía puede
ser eficaz para alcanzar ciertos objetivos, que generalmente son de
industrialización pesada como los realizados en la Unión Soviética durante la
época de Stalin. Es más, el logro de estos objetivos puede seducir a muchos,
haciéndoles creer que se encuentran frente a una alternativa válida, pero
entonces el esquema colapsa frente a los problemas del cambio y la innovación a
largo plazo. Como un falso ídolo que, por fin, muestra sus pies de barro y se
derrumba, los resultados del desengaño de la planificación centralizada quedan
en flagrante evidencia.
La información económica confiable es un factor fundamental para
asegurar la continuidad de todo el circuito económico y arreglar el sistema de
incentivos. Por el contrario controles de precios y subsidios distorsionan el
sistema. Cuando las señales e incentivos están distorsionadas por el estado,
¿dónde invertir?
El intervencionismo estatal inhibe con arbitrariedad el necesario
proceso que permite que la información circule libremente para orientar la
marcha de la economía. Hay que evitar las distorsiones porque de lo contrario todos
los incentivos operan mal.
Operando libremente y sin interferencias, estos incentivos constituyen
los estímulos necesarios
para invertir e innovar. El resultado será el gradual aumento de la
prosperidad y el progreso para todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario