lunes, 7 de abril de 2014

El panorma de la sucesión presidencial

Un nuevo sondeo de la consultora M&F confirma la tendencia que se viene percibiendo desde la primera marcha masiva opositora al gobierno realizada el 13 de septiembre de 2012: la imagen presidencial va en caída libre. El 65% de las personas consultadas desaprueba la gestión. Otro dato curioso que dejó la encuesta fue la pregunta relacionado con el partido político con el que se identifica la gente. El 43,5% de los entrevistados dijo que “con ninguno,” el 26,1% afirmó que con el peronismo, el 13,6% con el radicalismo y el 3,6% con el socialismo. Un 7,1% no quiso o no supo responder. Por otra parte, el nombre que se baraja como el posible próximo presidente es Sergio Massa.
En la Casa Rosada saben esto, así como que el 18 de octubre 2015 es la fecha de vencimiento del "relato" y del "modelo." No solamente eso, sino también la posible apertura de un proceso revisionista de consecuencias imprevisibles para quienes manejaron durante más de una década los recursos del estado sin ningún control efectivo; es decir, con un poder absoluto.
Con este panorama en cierne y sin ninguna posibilidad de re-reelección, la presidenta se encuentra ante dos alternativas. Una, el kirchnerismo consigue hacer pie en ese núcleo duro que lo sustenta (léase el 22% que catapultó a Néstor al poder) y logra postular un candidato propio para rivalizar con Massa; o dos, el "modelo" se diluye sin pena ni gloria y estos años se recordarán con nostalgia como la encarnación efímera de un proyecto de poder que tal vez estuvo a punto de existir.
En el primer caso, el análisis es muy arduo ya que Axel Kicillof y Amado Boudou, por nombrar los máximos puntales del kirchnerismo, son precisamente quienes registran los peores niveles de aprobación según el sondeo de la mencionada consultora, y por lo menos hasta el día de hoy no parece surgir figura alguna que pudiera captar votos. Daniel Scioli, abrumado por sus desgastantes problemas, sería el único capaz de enfrentar a Massa, pero en las actuales condiciones no cuenta con mayores posibilidades de ganar la pulseada.
Por lo tanto, la segunda opción parece la más plausible. La razón es que el poder de los Kirchner en su apogeo era indiscutible y nadie estaba en condiciones de disputárselo. Los caciques territoriales y los jefes del conurbano eran virtualmente sus empleados. Pero ahora el poder de los Kirchner está muy lejos de su apogeo. El “pragmatismo” demostrado por la presidenta al devaluar la moneda después de años de haber predicado exactamente lo contrario demuestra que la realidad, tarde o temprano, se impone a la ideología, y que si ambas no coinciden, el dilema es adaptarse o desaparecer. Por otra parte, el nombramiento del ex-radical Gerardo Zamora como presidente provisional del Senado, el tercero en la sucesión presidencial después de Boudou, puede interpretarse como una señal de lo debilitada que estaría la presidenta en estos momentos. El jefe del bloque radical, Gerardo Morales, declaró que la designación de Zamora responde a que “Cristina no quiere a un peronista porque tiene a Boudou complicado y teme que los propios kirchneristas la empujen fuera del gobierno.”
Las circunstancias del poder han cambiado de manera dramática y seguirán cambiando a medida que este poder se extinga. A la presidenta ya no le basta con su ejército de aduladores mediáticos ni con su habitual troupe de focas aplaudidoras a los que nos tenía acostumbrados. Los tiempos se aceleran y la ciudadanía está ávida de nuevas propuestas, de buenas y nuevas propuestas.
Estas son las condiciones en las que se desarrollará la transición. Con una presidenta atenta a las variables macroeconómicas y dispuesta a hacer los ajustes necesarios, pero limitada por falta de oferentes en lo que a sucesión se refiere. Con un partido que la acompañará hasta el final, pero disperso a la hora de elegir un sucesor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario