sábado, 2 de agosto de 2014

Resulta indispensable interpelar a Axel Kicillof

Luego de las fallidas negociaciones entre los holdouts y el gobierno, entendemos que es pertinente que el ministro de economía diga la verdad ante el Congreso de la Nación. El ciudadano tiene que saber cómo ha sido todo, cómo nos ha llevado a la incertidumbre sin precedentes que vive el país la errática conducción del titular del Palacio de Hacienda. El gobierno de Cristina Kirchner ha manejado el problema con mucha impericia y ha generado una gran zozobra. Es necesario que se sepa la verdad.
El ministro Kicillof, que tiene la costumbre de levantar el dedo para enfatizar sus dichos, como muestra la foto, aseguró hace relativamente poco tiempo, concretamente el 17 de junio, que "esto se está estudiando en profundidad." Y acompañó su concienzuda sentencia con un bucólico "quédense todos tranquilos." Sin embargo, los hechos no le dieron la razón.
El gobierno, en primer término, no cumplió con su obligación que es dar información confiable sobre sus intenciones, y eventualmente, hay una cesación de pagos que se intenta disimular como controlada o parcial.
El 25 de julio, el ministro dijo que "el 30 de julio no vamos a tener ningún problema." Pero el ISDA determinó que ese mismo día la Argentina incurrió en una falta de pago de la deuda. Para ese importante organismo regulador, el país ya está en default. Mientras que Kicillof repetía una y otra vez su consabida retórica contra el juez Griesa y los acreedores, se agitó una burda campaña falsamente nacionalista basada en la pegatina de afiches que no podría evitar, por ejemplo, una demanda de los poseedores de bonos para cobrar inmediatamente toda la deuda. La Argentina se encuentra en una situación vulnerable debido a la falta de seriedad que el gobierno ha tenido en el manejo de la cosa pública. El verdadero problema no es la mala praxis, ni la inexperiencia ni los errores de cálculo sino la falta de conducción política. El país está a la deriva por falta de objetivos claros. Y esta situación hasta genera dudas sobre la manera en que la presidenta llegará al final de su mandato.
El país se encuentra en una situación muy riesgosa debido a la mala praxis de Kicillof. Pero fue responsabilidad de la presidenta habilitar esa ineptitud. También lo serán las decisiones que tome.
¿Cuáles serán ellas? Se avecina la tormenta y en el puente de mando figura su secretario de finanzas, el ilustre desconocido Pablo López. ¿Se querrá ir como Lorenzino?
Es necesario destacar que Kicillof ha sido un fracaso total. Desde que inventó el “cepo cambiario” hasta ahora, todos los índices macroeconómicos empeoraron: nivel de actividad, déficit fiscal, desempleo, inflación, etc. No había, por lo tanto, ninguna razón para suponer que resolvería el problema "holdouts." Lo inexplicable es que la presidenta no reaccione cuando ve que todos los problemas se aceleran, cuando ve que es evidente que ya no hay cómo ocultar los problemas de conducción. En política ocurre otro tanto. El vicepresidente Amado Boudou enfrenta cada vez más problemas judiciales, pero la presidenta insiste en encumbrarlo. Hay una enorme hipocresía y contradicción en todo.
Es imprescindible la interpelación de Axel Kicillof. Es de esperar que esta idea prospere. El ministro debe dar explicaciones por su lamentable desempeño en la conducción de los destinos económicos del país.

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