jueves, 14 de noviembre de 2013

China se inclina a las reformas de mercado

Dar un rol “decisivo” al mercado. Esa es la conclusión a la que ha llegado el Partido Comunista Chino durante su reunión de cuatro días que finalizó el martes en Pekín. Esa es la decisión que guiará las acciones del presidente Xi Jinping.
En un comunicado emitido por la agencia oficial Xinhua, al finalizar el XVIII Comité Central del PCC, se anunció, además del giro del mercado a su condición de “decisivo,” que China establecerá un comité de seguridad estatal, mejorando los sistemas y estrategias para garantizar la seguridad nacional. Por otra parte, China perfeccionará la gobernabilidad social y salvaguardará los intereses del pueblo, al igual que su bienestar general.
Para entender bien el proceso chino, hay que remontarse a la gira de 1992 del entonces presidente Deng Xiaoping durante su viaje a Cantón, en el sur del país, en el que destacó la importancia de seguir profundizando la reforma y la apertura con una mentalidad más emancipada para que, meses más tarde, el PCC plantease el concepto de “economía socialista de mercado” que marcó el cambio de la economía de planificación a la de mercado en el gigante asiático. Eso significó el desmonte de una enorme cantidad de empresas estatales.
No quedó claro qué sucederá con la cuestión de la tierra. Antes del plenario se rumoreó que se permitiría a los habitantes del interior que residen en las ciudades habilitarlos para comprar viviendas y automotores. Se apuntaría a dos objetivos: aumentar el consumo, también en el interior y promover el incremento de la mano de obra barata en las ciudades.
Otro punto importante es la apertura de un porcentaje superior de los capitales privados en el fuerte universo de grandes empresas estatales. El primer ministro Li Keqiang ha insistido este año en que inversionistas privados deberían entrar en el “monopolio administrativo” que rige en sectores como telecomunicaciones e incluso de la atención sanitaria.
El péndulo de la historia inicia su retorno a la idea de gobierno limitado donde la iniciativa privada es la piedra angular de la economía. Transportes, comunicaciones, electricidad, agua corriente, petróleo y gas son servicios privados; mientras que el estado debe ocuparse de sus cuestiones administrativas, resolviendo pleitos, proporcionando seguridad, garantizando que cada cual respete los derechos civiles, comerciales, individuales de todos; dando créditos para estudios superiores. Los sectores menos favorecidos deben ser la preocupación central del estado quien no debe dar nada gratis a nadie sino a crédito, ya que los pobres tienen dignidad y sólo necesitan tiempo para retribuir la ayuda que reciben. En otras palabras, hay que enseñar a pescar, no dar un pescado. Por lo menos, así parecen comprenderlo en el país más poblado del mundo, que ya es la máxima economía mundial después de los Estados Unidos, y que parece tener un rol cada vez más preponderante en el siglo XXI.
En los 70 años de su nefasta existencia, el comunismo no fue capaz de producir una docena de huevos en tiempo y forma y por eso es que desapareció de la faz de la Tierra. Hace ya varios años, muchos más de los que realmente importan, Fidel Castro dijo que Cuba se hundiría en el fondo del mar antes que abandonar los principios del marxismo-leninismo. Nos preguntamos, asombrados, cuál es la diferencia.

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