miércoles, 1 de octubre de 2014

Un acto de valor

Es el 1 de diciembre de 1955. En Montgomery, Alabama, una mujer negra de 42 años llamada Rosa Parks se niega a cederle el asiento a un hombre blanco y moverse a la parte de atrás del ómnibus, como era la práctica habitual en esa región del sur de Estados Unidos. Fue detenida por su conducta, acusada de perturbar el orden. Rosa difícilmente lo sabría, pero su acto rebelde se cita como la chispa del movimiento, y se la reconoce como "la primera dama de los derechos civiles." En respuesta, Martin Luther King, un pastor bautista aún desconocido, condujo una protesta al sistema de transporte público de Montgomery, que simplemente convocaba a la población afroamericana a no usar los ómnibus. Debido al boicot, que duró un año entero y tuvo un notable acatamiento, las autoridades terminaron la práctica de segregación racial en los autobuses de la ciudad. El caso llegó a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos, que declaró la segregación racial en los transportes públicos como inconstitucional.
Rosa Parks se convirtió en un ícono del movimiento de derechos civiles. Se mudó a Detroit a principios de la década de 1960 donde trabajó para el representante afroamericano John Conyers desde 1965 hasta 1988. Falleció el 24 de octubre de 2005 y sus restos fueron sepultados en la Rotonda del Capitolio, convirtiéndose en la primera mujer y la segunda persona afroamericana en recibir ese honor. Dedicó su vida a luchar contra el racismo recibiendo decenas de medallas y condecoraciones, entre ellas, la Medalla de Oro del Congreso de Estados Unidos.
El acto de valor de Rosa Parks dejó una marca indeleble. Algunos historiadores dudan sobre su contribución al movimiento de derechos civiles, han cuestionado incluso la veracidad de algunos de los elementos más míticos y la describen simplemente como una "costurera cansada" que se negó a ceder el asiento, pero como ella misma afirma en su autobiografía, "Si había algo de lo que estaba cansada era de ceder. No tenía miedo. Había decidido de una vez por todas que tenía que saber qué derechos tenía como ser humano y como ciudadana, incluso en Montgomery, Alabama."
La ironía de “incluir” a Montgomery no era en vano. Rosa Parks nació en un lugar y en una época en que la discriminación racial estaba muy arraigada y se aplicaba en forma violenta. En Pine Level, Alabama, donde vivió en su infancia, los niños blancos iban a la escuela en autobús, mientras que los niños negros debían caminar. Rosa recordó: “Ese era un modo de vida. No teníamos otra alternativa más que aceptar lo que era la costumbre. El autobús fue una de las primeras cosas que me hizo ver que había un mundo para negros y otro para blancos”. En una entrevista de radio, luego del incidente de Montgomery, declaró: "Había llegado el momento de actuar después de haber sido maltratada hasta un punto que ya no podía tolerar.”
Esta es la historia de Rosa Parks, una auténtica rebelde. Su acto de valor en aquel lejano 1955 fue una gran inspiración para muchos. Cuando Rosa conoció a Nelson Mandela, luego de que fuera liberado, Mandela le dijo: "Usted me dio ánimo todos estos años en prisión."
De hecho, ella y otras personas de color se habían negado a dar sus asientos en los autobuses. No sabemos sus nombres. Son aquellos héroes anónimos. Muchos luchan. Muchos son rebeldes. Y su valor ha fortalecido el valor del ser humano. Nunca se sabe cuándo llegará ese momento mágico en que cambia el curso de la historia.
Este año, la Oficina de Correos de Estados Unidos emitió una estampilla denominada "Rosa Parks Forever," una muestra de la marca indeleble que dejó su activismo y la valiente decisión que tomó aquel día en Montgomery, Alabama.
Rosa Parks no era ninguna “costurera cansada.” Como decía Bertolt Bretch: "Hay quienes luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles."

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