jueves, 27 de enero de 2011

La semblanza de Obama

Hace dos años que Barack Obama se encuentra al frente de la Casa Blanca en los Estados Unidos. Aunque reconocido como un “demócrata liberal” (en el sentido norteamericano), ha seguido políticas similares a las del “conservador” Bush. Obama acabará extendiendo la mayor parte o la totalidad de las reducciones de impuestos de Bush. Aunque Bush comenzó con el estímulo, Obama realmente fue al rescate con 787 mil millones de dólares. Bush rescató a los bancos, socializó la compañía de seguros AIG, y también los gigantes hipotecarios Freddie Mac y Fannie Mae, pero Obama socializó las empresas automotrices, como General Motors. Y mientras que Bush incrementó enormemente los gastos otorgando un nuevo beneficio gubernamental de medicamentos recetados, Obama instaló una costosa y burocrática reforma sanitaria. Finalmente, Bush aumentó la intromisión federal en la educación, mientras que Obama continuó esta tendencia con su programa “Race to the Top” (Carrera a la Cima).
Las futuras generaciones deberán asumir los costos de la expansión más grande de los beneficios sociales desde la Gran Sociedad de Lyndon Johnson. Estos costos incluyen las engorrosas nuevas prestaciones y los medicamentos recetados, sobre un sistema médico legal ya tambaleante. Mientras reducía los impuestos, Bush libró dos guerras costosas y tuvo los mayores incrementos en el gasto interno desde la administración Johnson.
En otro orden de cosas, ninguno de los dos presidentes se destacó por su manera de lidiar con los desastres naturales (el huracán Katrina para Bush) o artificiales (el derrame de petróleo de BP para Obama).
Una de las pocas diferencias importantes entre las políticas de las administraciones de Bush y Obama se da en el ámbito de la política exterior. Obama ha venido retirando a las tropas de Irak, mientras que las duplicó en Afganistán y recibió elogios de George W. Bush por hacerlo. Sin embargo, este cambio se ha traducido en una reducción de las fuerzas estadounidenses en situación de peligro cercana a los 100.000 efectivos. En general, Obama no se ha mostrado tan “duro” como su predecesor al resto del mundo con su política exterior negociando un acuerdo de limitación de armas estratégicas con Rusia, reduciendo los planes de la defensa antimisiles de los Estados Unidos en Europa, mejorando las relaciones ruso-estadounidenses, y negociando más seriamente con Irán y Corea del Norte; aunque al final, Obama podría tener que aceptar que ambos países posean armas nucleares y confiar en el enorme arsenal nuclear estadounidense para disuadir a esas naciones.
Tanto las dos presidencias de Bush como hasta ahora la de Obama dejan mucho que desear, pero Obama tiene una ligera ventaja facilitada por una política exterior en general levemente menos beligerante. Y como hicieron cuando Bill Clinton era presidente, los republicanos, recientemente elegidos, podrían hacer que Obama restringa el gasto federal, revirtiendo de esta forma su curso actual de gasto, reduciendo el enorme déficit y mejorando su baja posición actual. Sin embargo, los republicanos, que suelen ser más responsables fiscalmente cuando no controlan la Casa Blanca, probablemente puedan hacer bastante para pulir el legado de Obama en general.
Ese legado incluiría una remodelación de la estrategia presidencial para adaptarse a los desafíos de un Congreso en el que los republicanos dominan la Cámara de Representantes desde este mes de enero y la proximidad del inicio de la campaña electoral con miras a las elecciones presidenciales de noviembre de 2012.
Obama se juega su reelección en esa oportunidad, pero si el actual desempleo no muestra visos de ceder, va a ser muy difícil que gane. Y hasta ahora, ni demócratas ni republicanos parecen tener la solución para esta verdadera tragedia que está azotando el país del norte.

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